‘’Recítame alguno. Que pegue con ahora.
No las palabras, solo…como la música nocturna.
¿Sabes?’’
Lo dijo entre las sombras de la habitación,
inexistente(s).
Ella imagino como él sonreiría,
suave,
alargando el silencio,
alargando como su cuerpo mismo, sujeto a curiosos motes
[de su imaginación,
dentro de su imaginación.
No pasaría, claro.
Pero le gustaba pensarlo.
Ella cerraría los ojos para dejar que las
palabras
de aquel poema desconocido la acariciaran,
como si fueran los dedos largos de él sobre sus caderas
[desnudas.
Todo era largo con él.
Hasta la tristeza de no tenerle.
Pero ya estaba acostumbrada al silencio de la noche,
(Nosferatu),
a la interminable prolongación del azul oscuro
en la realidad alterna del
insomnio.
jueves, 4 de junio de 2009
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